(capítulo 13)
Piso Trece
¿Cuál es el objetivo de todo esto, destruir un hombre que busca la verdad o destruir la verdad para que ningún hombre puede encontrarla? De todas formas, ustedes perderán.
Mónica Julieta Reyes / X Files
Tampoco pretendía inventar la pólvora y menos el paragua con ese seminario de actualización consultando los vecinos porteños durante un fin de semana. Fue apenas el ensayo molecular equivalente a los disparos atómicos del CERN: saber de qué está hecho el universo y cómo funciona. Más que muñeca rusa la inmersión buscando la luz al final del túnel resultó una Che papusa… oí porteña cantada por Julio Sosa, mientras las cajas chinas se volvieron la habitación judía de excentricidades jurídicas.
Como todos los espectadores indirectos con dos dedos de frente recordaba la espectacularidad del hecho y el tsunami sobre la dársena Sur del comentario posterior, habiendo llegado al algoritmo tolerable de información mediática. La falta de solución consensual al enigma baleado, se volvía versión política del último, teorema de Fermat que tanto tiempo llevó resolver (si es buena la versión de que fue resuelto…) afinando la técnica del rodeo, operando en estrategia espiral.
Mientras el fiscal se embarcó en Barajas destinación Ezeiza como una cosa resuelta ya estaba muerto, el vuelo fue su Bardo y quien viajó a Ezeiza era un espectro rumbo a la historia de la infamia. Cuando el lunes a las 08.51 aterriza en el aeropuerto internacional Ministro Pistarini, seguido por las cámaras al mando de Horacio Tzareff, comienza su última semana con vida en tierra patria y que nunca más volvería a ver a las hijas. El Nisman de los últimos días se transfiguró en personaje marcado de novela policial de espías, engranaje defectuoso de una Matrix autosuficiente con varios centros de energía. Tiene algo de western épico de Gary Cooper vestido de novio con estrella de sheriff “A la hora señalada” o “Solo ante el peligro” como prefieren en España; el cuadro que debía desafiar Nisman en cancha embarrada de Comodoro Py era de cuidado: Fernández en el arco, una línea de cuatro integrada por Durán, Benítez, Niño y Niz, dos mediocampistas metedores en las figuras de Parrilli y Poccini y adelante el mejor ataque del campeonato, con Tzareff por fuera, Berni de ocho, el Conde Stiuso punteando la lista de goleadores y Lagomarsino que este año no lo para nadie.
El miércoles bien temprano manda presentar la denuncia en el juzgado y se encienden las alarmas tsunami en todos los circuitos de la Central; cundió el pánico, luego del regreso dejando sola a la piba en Barajas, la denuncia en el juzgado, las movidas telefónicas del fiscal, la emisión de televisión, notas en la radio, la tapa de la revista Noticias, redes sociales, servicios, embajadas, cancillerías, la Casa Rosada y el bulín de la calle Ayacucho. El otro bando denunciado debía reaccionar en varios frentes a la vez; quizá hubo antes de navidad un error de perspectiva: desconfiar del póquer servido de Nisman en asuntos documentación o suponer que tenía una mano más débil que la cantada. Es tarde en esa partida cerrada para suponer debilidades o dudar de uno mismo; el hombre hizo all-in sobre la apuesta, los jugadores temblaron y hubo que improvisar una estrategia.
Cuando Patricia Bulrrich combinó la hora para la presencia en comisión el lunes que viene, que nunca existiría para el fiscal en el Congreso y trasmisión televisiva en directo, le dio cuerda al reloj de cuenta regresiva. La tardecita previa al disparo, durante el disparo acrobático y a la primera hora luego del disparo ya se supo que nunca habría solución creíble a ese tapujo.
Nada de asuntos pendientes o el azar de solucionar un misterio intrincado allí donde tantos fallaron y otros maquillaron lo real a conciencia pura; lo mío rebobinando eso amontonado tendía a ponerme en estado de calentar motores para mi propio complot. Una suerte de Haka maorí como hacen los rugbyman de Nueva Zelanda frente a los Pumas y Teros antes del match, desafiando en danza guerrera tribal el dilema que tenía por delante con tonada milonguera de Taquito Militar.
Podían haberlo matado cien veces antes y oportunidades no faltaron, Nisman era un milonguero a la intemperie y le pudieron filtrar una minilla sicaria como Nikita. De hacerlo en exteriores todo se hubiera centrado en el asesinato sin la coartada del suicidio; era necesaria esa dramaturgia colectiva de “Los tres días del Cóndor” y un Dr. Kaufman de “El mañana nunca muere”, el prejuicio del héroe vuelto traidor para que olvidemos agujeros negros esenciales y nos carcoma la cabeza el misterio de la puesta en escena. Lo prioritario era que el lunes no abriera el pico en el Congreso, no tanto por lo que pudiera decir sino por las consecuencias de la palabra pública; aun sabiendo eso alguien dio el go go go, la orden sms al comando de pasar al acto y ocultar la verdad dentro del sortilegio pluridisciplinario de la duda.
Considerando el módulo reflexivo del pensamiento y partiendo de un expediente irresuelto, el caso Nisman era la revolución copernicana dando la vuelta completa; quizá se emparenta como dijeron a esa maravilla de “Crónica de una muerte anunciada” con cámara lenta en reversa. Todos sabían que lo matarían a Santiago Nasar, empezando por el autor y fueron urdiendo consecuencias en sentido contrario; la condena es que se utiliza la fórmula del título – primero Crónica de… (aquí va lo que sea) y luego Anunciada- hasta para un partido de bochas.
Era la física cuántica de los enigmas, lo que tantos autores talentosos propusieron como desafío detectivesco supremo y se conoce como el misterio del cuarto amarillo siguiendo la tradición de la novela de Gastón Leroux. El caso Nisman lo remasterizó hasta extremos inenarrables, el misterio del piso trece ascensor de servicio era una leyenda urbana concretada y faltaban narradores menos tras un LQQD que para reconstruirlo en su mecánica original de los posibles. Era máquina bizarra de funcionamiento imperfecto, con las piezas del puzle a la vista, sin que faltara una vuelta de tuerca y nadie que conociera de memoria el Manual de Utilización, tan buscado como el Necronomicón; es sabido que uno de los últimos ejemplares de la edición latina – traducción de Olaus Wormius de 1228- se halla en algún recodo de la Biblioteca de la Universidad de Buenos Aires:
al errar por las lentas galerías
suelo sentir con vago horror sagrado que soy el otro, el muerto, que habrá dado
los mismos pasos en los mismos días.
Remake con firulete del misterio del cuarto amarillo y su enigma del encierro en cuanto al lugar, haciendo del baño del apartamento coqueto encerrona geopolítica. El cableado detrás de los azulejos pasaba por Teherán, El Calafate, Langley y Tel Aviv, la pesquisa monstruosa en lugar de aclarar el asunto lo que hace es complicarlo. La identidad de los asesinos se vuelve enigma viral sublime que nadie logrará dilucidar y podría conjeturarse que ello perdió interés. El expediente dinamitó en cuarenta y ocho horas, con una sola tirada de dados, el último siglo de criminología científica y abecedario razonado de la serie negrísima.
a) Hora del deceso: los relojes trastornados de las versiones proliferantes, deducciones de comunicaciones secretas e informes de forenses desquiciaron la posibilidad de una cronología creíble y desde la cual aprobar un consenso. El tiempo de oro falsificado se mide con el reloj invertido de la plaza de Praga, con el Omega descompuesto de mi padre y los cuadrantes blandos de Salvador Dalí. El laberinto manoseado para evocar la encerrona de Nisman es dédalo en el tiempo, se avanza una hora, se retroceden dos y se reinicia el conteo poniendo a cero los cronógrafos. Se superponen horas prevenientes de fuentes diferentes y vuelta a empezar, el extravío en cronologías interesadas forma parte del Caos premeditado, nuestro yerro de observador exterior es suponer que estamos ante una hipótesis única. La primera data de muerte fija las 02.46 del domingo y se suelen agregar horas o minutos de agonía. El disparo sucedió pasada medianoche, habría pues una ventana de casi veinticuatro horas entre el gesto de los dedos índice en el baño y la primera visual del cuerpo sin vida. ¿Qué puede pasar en veinticuatro horas? Le Mans, La jungla de cristal, Colateral, Día de furia, Alien el octavo pasajero, La habitación del pánico, el Proceso, Doce hombres en pugna, Tarde de perros, A la hora señalada, Teléfono rojo volamos hacia Moscú, Rashomón, Arsénico y encaje antiguo, ¿Hay un piloto en el avión? Ulises, Bajo el volcán, Cosmópolis, Un día en la vida de Iván Denisovich, La muerte de Artemio Cruz, 24 horas en la vida de una mujer y se puede tirar mientras tanto una puerta abajo.
b) Huellas dactilares: llega el momento cuando, ante la eventualidad de relevar ese indicio clásico que suele aclarar el panorama la pregunta del millón era saber de quién no había huellas dactilares en la escena del crimen. Había algo maléfico en el departamento, en cuanto ingresan los expertos científicos se comportan como principiantes. Se comenta que cagaron en el wáter y tiraron la cadena, limpiaron la sangre de la Bersa frente a cámara, hablaron por teléfono desde el fijo. La máquina programada a tales efectos de cotejo enloqueció en el intento y hacía MATCH cada siete segundos; primero estaba tan limpia la escena que ni las huellas de Gladys Gallardo aparecieron y eso que tenía mano para cocinar el pastel de papa. Se dice ya dentro del delirio que se relevaron en el lugar huellas del sargento Chirino, Cayetano Domingo Grossi y el asesino de San La Muerte.
c) Rastros de pólvora: había restos del disparo donde no podían estar y faltaban allí donde se suponen que se dejan residuos, siempre y cuando funcionan las leyes de la Física tradicional, las manos del muerto del muerto luego de ser examinadas dieron -lamentablemente dijo la Fiscal- como resultado la ausencia de pólvora. Coexistían entre los consultados dos estrategias, la de esparcir en otro lugar induciendo al error de interpretación y la limpieza detergente industrial negada por principio, que se explicaría mediante procedimientos mágicos. Lo que desde los chinos que la inventaron es camino de solución por los residuos, en Puerto Madero inicia controversias, terreno minado de tesis opuestas, explosión de indicios discordantes, fuegos artificiales para distraer en las alturas portuarias lo que en verdad enunciado el cuerpo espolvoreado.
d) Temperatura del cuerpo: en algún lugar se dice que al momento visual del médico ecuatoriano, del contacto corporal de la funcionaria forense y habida cuenta de las informaciones primarias anatómicas, se podía estimar que la muerte -a lo que debería sumarse la agonía- debió ocurrir entre trece y dieciséis horas contando hacia atrás. Había que hallar respuestas urgentes en el cadáver, el muerto no dejó esquelas salvo el borrador del mensaje a una docena de destinatarios enviado el miércoles: “Como ustedes saben, las cosas suceden y punto. Así es la vida, lo demás es alegórico.” La autopsia tuvo lugar entre las ocho y las diez de la mañana del lunes sin peritos de parte ni allegados o testigos de la parte civil, tal como lo demandó la madre de las hijas. Por los restos en el estómago, en algún momento de los informes se dice que la última cena fue en base a ñoquis; parece filmada antes que la película “¡Tango!” de 1933 pues es autopsia muda y sin la curiosidad visceral de “La autopsia de Jane Doe” del 2016 y que termina mal. El cuerpo muerto parecía validar la tesis del freezer descompuesto; si se aceptan las pesquisas sobre los pareceres de técnicos responsables, se deduce que lo envolvieron con frazada eléctrica o lo metieron en una vasija funeraria con pedazos de hielo para mantener la temperatura -como se hacía en campaña sin electricidad para bautizos y casamientos-, arreglaron los termostatos del bulo regulando el clima, le dieron una ducha escocesa y presenta los mismos efectos electromagnéticos que las momias incas.
e) Restos adn en espiral escalera caracol: habiendo devorado en depresiones previas la integral de Los Expertos (Miami, Manhattan, Cyber y Vegas) me faltó ver actuar a Los Expertos Buenos Aires. Como si a la ciudad de los cien barrios porteños todavía no conocieran la técnica punta de laboratorios espaciales o hubiera llegado una orden divina; no de buscar a como diera lugar otro adn diferente al de Nisman, sino ahogar la escena con otros adn suplentes. En las primeras horas ingresaron en el departamento por lo menos veinticinco personas (Hamlet presenta veintisiete personajes) suficientes para armar un picado con árbitro y dos jueces de línea de once contra once en cancha grande; algunos llegaron a contar sesenta y cinco participantes, algo así como la milonga de Hansen en su apogeo. En noventa minutos el teatro del crimen se convirtió en el Monumental un domingo de clásico, uno sabiendo que la lucha es cruel y es mucha igual se pregunta como Carlitos la Mona Jiménez ¿quién se ha tomado todo el vino? Vas a encontrar un adn explotable si sos brujo diría López Rega.
f) Cartografía de sangre derramada: la paranoia integral fue la presencia de al menos tres expertos sobre la sangre en el piso, paredes, herida, inodoro, pileta, canilla, manos, remera, pantaloncito, toallas y la Bersa viajera. Que no quiero verla la sangre de Nisman sobre la cerámica decorativa… se reciclaba aquello de que todo cuento cuenta dos cuentos. Más en la Reina del Plata, con la anomalía de que aquí están superpuestos en la misma noche sin numerar entre las mil y una posibles. Es dialéctica rigor mortis sin síntesis factible, mientras pueblan la cosmogonía triste dioses diferentes volcados a la guerra: gotas verticales, gotas salpicadas, gotas tipo lluvia, gotas de impulso, gotas obstaculizadas, gotas con halo y gotas inexplicables.
g) Lectura técnica del arma utilizada: dejemos de lado hablar del origen, boleta de compra, permiso de porte, señalización en la policía, propietario legal, pedido, traslado, instrucciones de uso, manipulación y el resto… Debemos contentarnos con el arma manchada, el arma limpia, las balas expansivas, cargador desprendido, la vaina servida, las huellas posteriores, las faltantes y otras limpiadas en el interior. El único común denominador de la tragicomedia es la Bersa Thunder del licenciado y toda elucidación del misterio debe partir de ese objeto talismán. Los traslados, envolturas, la manipulación previa, la tentación del peso, el escondite, la limpieza, su inutilidad: es el objeto del deseo supuesto del Fiscal. Lo que consume más tiempo del sábado afiebrado, el centro magnético de un relato paralelo y que se utilizó para la escena última y primera de la crónica inacabada de Puerto Madero. A las 02.33 del lunes según el video se “limpia” el arma con dedos enguantados de azul para identificar marca, se comenta Bersa de largo rifle, modelo 62 número 35099. ¿Cuándo el fiscal le pidió el arma a Diego estaba cogitando en el suicidio por arma de fuego? ¿Cuándo pidió consejo por un arma a Benítez pensaba en cosas raras? La religión judía es refractaria al suicidio; se vincula al fiscal al judaísmo hasta en los servicios, menos en cuestiones metafísicas, en el caso hay expertos, chantas, arrepentidos, gatas, periodistas y pocos rabinos. Los enemigos gozarían de que un judío bocón no asuma responsabilidades, suprimirlo en esa diagonal era agregar humillación escatológica. Esa arma parece que fue la del disparo que nadie oyó salvo los B&B de alguno de los dos departamentos vacíos el piso trece, fue la que mató a Bonny and Clayde en Luisiana, Versace en Miami, Lennon en Manhattan y Zelmar Michelini en Buenos Aires. Es un arma de nueva generación en período de experimentación, con un proceso innovador incorporado que al momento de disparar proyecta, acompañando al plomo de la física de la energía, un líquido indetectable que limpia todo rastro delator en el exterior, mecánica, proyectiles, casquillos, estrías y queda pronta para volver a usarla flamante. Por información detallada, el lector puede contactar al último propietario identificado; ello cuando se la devuelvan y pase un service de puesta a punto, en el taller laboratorio acreditado de Augusto Remo Erdosain, en el sótano tapadera de Flores o Villa Crespo.
h) Cámaras de vigilancia: si esos pisos alto superalto standing donde operó la muerte valen un dineral, es porque garantizan la seguridad, gestionada por las empresas mejor conectadas con el oficio, dirigidas con mano de hierro por cuadros que pertenecieron a los Servicios. La consigna derivada de milicos reconvertidos en empresarios de seguridad es veinticuatro horas al día, siete días a la semana y todos los días del año. Nada escapa al ojo de ese cíclope represor con más visores fractales que el hombre mosca: Big Brother is watching you. Nada de lo humano que pueda pasar en ese perímetro gold puede escapar a los captores, trasmisiones satélite, pantallas de observación directa y registros en bandas de video; que se conservan en lugar secreto durante veinte años o mediante un suplemento hasta que usted se muda del complejo. Hay que contar en contadas ocasiones con el azar caprichoso; fue lamentable en consecuencia que durante el trance mágico de la historia -justo ahí-, durante ese fin de semana irrepetible en que todo debía funcionar, cuando era esencial y la fusión Planetas Negros se alineó propiciando la tragedia, la suma de tecnología sufrió un blog informático escogido que fue reparado a las pocas horas. El sábado y el domingo el campo visual de Nisman fue desconectado del avatar del mundo, nadie debe acercarse al corazón del reactor, hay que dejar que ocurra lo presentido aunque se ignoren detalles desagradables. El código del elevador principal de la Torre llevando al piso trece del hombre más vigilado de la Argentina había cambiado; el Fiscal no lo sabía, la madre lo ignoraba, los custodia son distraídos y los vigilantes usuales menos estaban al corriente. Había que liberar la doliente esfera del reloj donde las horas que agonizan se niegan a pasar. Era sabido que Nisman era un judío que traía yeta… y en la AMIA -a las 9.53 el 18 de julio de 1994- se produjo un incidente técnico similar; eso es cosa del pasado porque las horas que pasan ya no vuelven más.
i) Interacción de redes telefónicas: en este caso de escuela funcionaron al mango, incluso se detectó y se sabe por la prensa -fallo técnico filtrado de servicios correspondientes- que hubo una inusual, diferente, intensa y significativa actividad de llamadas telefónicas del círculo reservado del casting. Durante lo que fue un contagio tipo cadena de la fortuna o acredita el celo profesional de autoridades competentes; con prioridad antes del disparo, lo que sugiere pálpito, pupila, intuición, temor de algo preparándose si bien nadie conocía el operativo y pormenores de intendencia. Entre tanta actividad de parloteo y la muerte del fiscal, sería imprudente afirmar que se trata de relación causal complotista; es la sinergia inmanente trágica que disparan las coincidencias. Cualquier grabación, transcripción de conversaciones, listines con nombres o números recurrente pueden caer fuera de contexto siendo montaje trucho de redes interesadas. ¿Quién hace el primer contacto telefónico el sábado 17 de enero entre los dos cotitulares de la cuenta en dólares en el ex Merrill Lynch de Nueva York? Los teléfonos del hijo de San Justo se quedaron sin carga de batería y todos los intentos de comunicarlo desde del viernes por parte del muerto fracasaron; quizá el Conde Stiuso decide no responder a los llamados de Albertito en ese delicado perímetro temporal y si bien el hecho es elocuente para un pinche de Telefónica, pueden abrirse varias posibilidades. ¿Para qué hablar con el interesado si permanecía en contacto con la custodia y estaba al tanto de la dramaturgia? Para qué distraerlo, hacerle perder tiempo precioso con datos de último momento sabiendo que concentraba para el partido del lunes; ratificando la pista preferencial servida, poniendo en orsay a la patrona que lo echó del once titular como a perro con sarna. Quizá está en conocimiento activo del operativo zona liberada y el silencio es parte del plan; le advirtieron que de existir una falla la vida familiar está en juego y en Miami espera gente amiga antes de fin de mes. Lo estima por haberlo visto laburar y el silencio -como en la música- forma parte de un mensaje de advertencia, que el hombre tan ocupado según dicen en buscar un arma ese sábado y por las dudas, no supo descifrar.
j) Testigos al paso y vecinos: tarea consistente en suprimir de la indagatoria la lista primera de testimonios probables, algo que cualquier escuela privada de detectives truchos fijaría en el primer semestre. En paralelo preventivo, proponer una “segunda” lista de testigos y expuestos en abundancia al esplendor de los medios rapaces durante la primera semana del retorno. Pichones masacrados a partir del séptimo día en su probidad moral y motivación económica, acorralados en el escarnio por un vicio tapado, enviados a depresión, locura y suicidio. Su testimonio ante autoridades y prensa audiovisual se volvió jungla cauchera que los devoró, como a los mensú esclavos del yerbatal en Roa Bastos.
k) Seguridad coordinada: todo sistema de vigilancia en vida del Fiscal y dependiendo del factor humano marchó en pedazos al inodoro en esas primeras semanas. La evaluación de un equipo de custodia está en relación directa a la suerte del custodiado y con perro muerto se acabó la rabia. Lo ocurrido en Puerto Madero da el tiro de gracia al mito del bodyguard con pinta de Kevin Costner y que cae bajo el encanto de Rachel Marron. Es que la gola se va y la fama es puro cuento; control psicológico de evaluación, pruebas físicas cardiovasculares, chequeo de fidelidad el equipo de guardias próximos para infiltrarlos o sean traidores mercenarios. Durante meses de sanata preparar el comando Cero entre convencidos, engañados, chivos expiatorios que estarán las horas previas y posteriores al Suceso Luctuoso en el teatro de operaciones. Confundir órdenes sin firma con relevos, destrozar toda reconstrucción de cronología, borrar trazas telefónicas que tiendan una red de conexiones, apretar con amenazas a los flojos, retribuir a decididos, tenerlos en la mira todos a la vez por si les da por batir en gesto pelotudo de penitencia, asistirlos en careos judiciales a sabiendas que se trata de una farsa, que para ello fueron intensamente entrenados en caso de caer prisioneros. Asignarlos luego a misiones livianas bien remuneradas, jubilarlos con prohibición de aceptar contactos con la prensa, expatriarlos a Cabo Cañaveral o más lejos, extraerlos del círculo para que sean olvidados, sacrificar a uno al azar en un baldío, con trazas de tortura enviando mensaje al resto del staff. Todo comando de vigilancia cuerpo a cuerpo está infiltrado y por ese lado fracasará la misión; tanto para ser responsable físico del asesinato o dejar accesos abiertos, desaparecer del radar en el horario estipulado y traicionar -por la Patria, fidelidad al patrón o un puñado de dólares- al sujeto que se debe vigilar de cerca. Guardar la espalda y entregar por la espalda.
l) Listado de contactos: son enigmas híbridos en arborescencia… Los usuarios vinculados después del crimen formando parte del elenco estable, plantilla titular o banco de suplentes complotista, abrieron decenas de llamadas las veinticuatro horas previas al disparo; téngase en cuenta que salieron a la pesca casi noventas sabaleros, se pudieron detectar las últimas comunicaciones del muerto con voz propia y luego los mensajes rescatados pierden valor e interés para la ficción. Hay actividad comprobada de la computadora, sin que ello suponga que fuera Nisman quien hizo funcionar la máquina; se la pudo abrir mediante pirateo del comando, también a la distancia dando la impresión en el relato Internet que a esa hora aún estaba con vida. Mientras un Nisman se suicidaba en el baño otro Nisman tecleaba las computadoras mejor que el Mono Villegas, también en el horario cuando fueron a buscar a la madre. Un doble, el clone replicante de la Tyrel Corporation limpiaba el piso, arreglaba cerraduras, borraba mensajes, consultaba Google sobre la vida eterna ¡un milagro de realismo mágico estando muerto! y acomodaba el cuerpo del primer Nisman mientras yo agonizo. El pasaje a lo público a través del Periodista Estrella es otra novela, saber cómo y quién pasó esos mensajes es otro artefacto conjetural inserto en la red de comunicaciones. Habría que urdir en la afirmación de que esa alerta le cortó horas preciosas a los que estaban montando el tinglado; es posible… Una vez el cuerpo desactivado comenzó la pelea feroz entre los servicios por el alma y herencia relato del Fiscal: el Mossad no consiente que se mate así a un valiente. Entonces entra en juego una réplica que debería dar explicaciones; los despachos posteriores alcanzan tal grado de interacción, que evocan filmes catástrofe blockbuster, donde un virus contamina en horas la totalidad del planeta Tierra destruyendo todo tipo de vida. El suicidio inducido fue virus contaminante en menos de veinticuatro horas del ecosistema informativo del planeta; en algún lugar se sabe, el operativo tuvo un go go go humanoide con nombre y apellido como en los filmes de James Bond. ¿Quiénes son aquí el Dr. No, Goldfinger, Elliot Carver y Le Chiffre? ¿Quién acaricia el gato blanco en Casa Rosada? Se activaron dando luz verde las conexiones a una señal, sabiendo la extensión del desastre venidero, creándose una zona con gran playa horaria de la operación en sí. Hay dos planes diseñados para las consecuencias, el que estaba planeado de larga data y el improvisado resultante, alguien bien informado decretó que el A no debía ser como lo planearon los del A, los del A debían saber que había un ruido más potente que fue plan B. Los responsables B tienen información de A y la utilizan para sus propios fines. El sábado a las 18.27 llamado WhatsApp de intercambio con Waldo Wolf y prueba con foto de que estaba con vida, a las 21.03 mensajes chateo hasta las 21.17 con Natasha Niebieskikwiat y por el tenor de los textos se hace saber que la situación estaba dominada. La conexión se produce luego de la segunda salida del edificio del licenciado; hubo llamadas más tarde a madre y tía cerca de medianoche.
ll) Cadáveres barriales: circula en documentos consultados durante las horas de insomnio, una versión anguila afirmando que fueron dos los cadáveres tendidos en el departamento. Uno desapareció, aterrizó en esa misma zona de riesgo temporal -proveniente desde el espacio interestelar infinito o de la oscura ciudad de Cacodelphia saliendo del ombú- el segundo cadáver de la mujer carbonizada en las inmediaciones al que incluso le dieron nombre propio. Tal vez el otro cuerpo nada tiene que ver en relación a la enormidad del asunto; pudo ser un novio que decidió liquidar los celos a la antigua, las treinta y cuatro puñaladas que le fajaron a la pobre Catalina del tango de Edmundo Rivero. Quizá fue una muchacha punk no futur versión Fogwill drogada hasta las orejas, que por traspiés de zarpe con merca boliviana adulterada comprada en el fiord Lamborghini tocó sin querer los cables pelados de la centralita que le fue destinada desde la noche de los tiempos, pudo ser un suicidio ritual -total, habida cuenta de que la zona fue liberada y circulaban armas amigas…- de esos con cánticos entre orgásmicos gregorianos, ordenado por una secta satánica con sacrificio de danza del fuego ceniciento. Debajo de Puerto Madero se halla un cementerio indígena, blasfemado por la piqueta fatal del progreso, cuyos espíritus están perturbados por tanta festichola con cocaína y sushi… En las mismas horas, de los mismo días, en las cercanías de la Torre la presencia de otro cadáver quemado, sin identificar mediáticamente, es otra estrategia de espesar con hemoglobina coagulada el misterio. No nuestro misterio sino la ignorancia ardiendo entre llamas, fue fallo grave de los responsables haber obviado plantar un perejil culpable y así baldear crónicas truchas de esa excresencia sobresaliente molesta. El conjunto del operativo observado no parece destinado a aclarar un misterio sino a construirlo, pasar de lo simple a la complejidad de aquello que nunca tendrá solución. La mejor manera de esconder un cadáver molesto era convertir el anfiteatro operativo en morgue al aire libre, extensión tapizada de cadáveres NN; en esos menesteres fúnebres maquillados los usual suspects tienen experiencia sobre la cual se les puede hacer confianza.
m) Trazas en nuevas tecnologías, televisores, alarmas, teléfonos, radares y computadoras: the game se reitera hasta la saturación en las novelas suecas -donde anochece a las tres de la tarde, hay auroras boreales, desayunan salmón ahumado y leen a Stieg Larsson sin traducir- que en la tecnología podría hallarse la redención que desata el nudo gordiano de la muerte. Cuando ella ingresa con su cortejo de reactivos químicos y microscopios en la pesquisa, lo intrigante de complots delirantes vuela en esquirlas, la escoria de los servicios sería barrida por el testimonio registrado como en las películas: rayas de fricción en la bala, casquillo rebotado contra una pared empapelada, ampliación de foto, matricula detectada por cámaras al salir del parking, ordenador desde el cual se dio la orden, peine fino en los cuatro departamentos del piso trece, números de teléfonos celulares comprados en los chinos del Once, algo… algo… algo por poco que sea… Olvidamos en el camino a Lisbeth Salander tatuada y abrimos un best seller Dan Brown, donde cierto siniestro electromagnético total de formatos planetarias y origen dual divino humano, logra desactivar la totalidad de máquinas energéticas al alcance de la tecnología. Las alarmas dejan de funcionar, se quedan sin pilas los timbres que vas a tocar, las cámaras video roncan en mantenimiento, se tranca en medio del juego el programa Super Mario Bros, se cambian códigos de ascensores, los casetes se borran por arte de prestidigitación, el titular de la empresa resultó vinculado a los Servicio. El domingo entre las siete y las ocho de la mañana se registra actividad en la computadora, fue el fiscal que todavía estaba con vida o bien fue el informático con alto nivel del comando que lo asesinó; en los minutos 40 y 49 consultó dos sitios sobre el descriptivo de la muerte clínica y la psicodelia. Había menos vigilancia en el perímetro del caso Nisman que en el modesto Casino de Atlántida, para atrapar vivillos que apuestan fichas truchas de madera pintadas a la témpera. La tecnología que daría acceso a la verdad tuvo apagón general, este no resucitaría como el otro del sacrificio consentido al tercer día y si lo hace lo volvemos a suicidar; hasta limpiaron la lanza del centurión Longinos con medio litro de detergente Ala.
n) Eficacia de la Nebulosa: ¿cómo se evalúa la eficacia de los servicios, para quién trabajan, a quién le rinden cuentas? ¿Son instrumento de poder o maquina represora, los servicios pueden virar a máquina sublevada a lo Matrix sirviendo intereses propios? Claro está que ciertas ventajitas pueden ser rastreras como los de cualquier mafia del cono urbana; ejecutar para ganar guita o servir planes del Complot Superior, sumiso a ideologías que -tan secretas dialogando en códigos cifrados- pueden desquiciarse. En los otros grupos delictivos admitidos como tales hay secretos incluyendo solidaridad con pacto de muerte, contraseña en concilio y amuleto de identificación a la manera Iluminatti, Spectre, francmasones, yakuza, protocolos de sabios de Sion, lobos grises turcos, tenientes de Artigas, Bohemian Groove. Nisman acaso fue condenado en la misma línea punitiva de Kevin Spacey por mostrar demasiado en House of Cards. La historia es complot, las bandas malhechoras se diluyen cuando caen baleados o mueren a traición los cabecillas, otras se desplazan de acuerdo a los mercados y el vicio insatisfecho que le tiene horror al vacío. La delincuencia de los Servicios está probada, filmada, documentada, asumida; sus componentes son integrados al imaginario social colectivo -con factores de credo militar y delincuencia, influencia de otros servicios norteños y grupos creados al interior de cada sección- son consustanciales al Estado. Forman parte de la Patria Vivada, se los acepta desfilando en la Avenida 9 de Julio y Te Deum de honor al pabellón nacional y a su planta rendido un león, ¿Qué hubiera escrito al respecto Osvaldo Soriano en su refugio de Dr. Del Valle Iberlucea, tangencial a la Bombonera? Cuando se ingresa jovencito a los Servicios, uno de los incentivos más vocacionales es consagrar una carrera encomiable con protección de instituciones; servir a la Patria Carajo pasa a segundo plano porque lo bueno es servirse uno. La Historia Nacional persevera en su cortejo nutriendo libros polémicos sobre las dos fundaciones de Buenos Aires, las dos letras del himno patrio, los dos cuerpos de Nisman, los dos viajes del Licenciado el sábado a Puerto Madero. Vida hay una sola decía el doctor Alberto Castillo: por cuatro días locos que vamos a vivir, por cuatro días locos te tenés que divertir…
ñ) K.O. a la reputación de los forenses:buena estrategia fue deslizar la sospecha de falsedad complotista, obediente, corrupta y falsaria a los informes expertos. En el dominio científico lo que da fe y prueba en todas las Cortes jurídicas del mundo, en Puerto Madero se vuelve campo minado, cada nimia afirmación probada es objeto de controversia y difamada, toda verdad inicial obliga a otra hipótesis sustitutiva que la contradiga, el informe primero es cuestionado de oficio, se exige una segunda constatación en la cual se indicarán fallas metodológicas; aparece igual con insistencia la fórmula “etiología violenta” caracterizando la muerte del fiscal. Ahí es cuando llega luminosa la tercera indagación, inducida, obligada, ordenada, comprada, amenazada y afrentando informes precedentes, corrupta, inepta en sus términos litigando a las anteriores: no queda cuerpo material explotable para la cuarta (antes de la quinta en trámite) disección que revelara la verdad escamoteada que acaso se comience a vislumbrar en la sexta autopsia. El cuerpo del delito -los recortes restantes del cuerpo se vuelven campo cárnico minado- ningún forense está en condiciones de asegurar que los restos sometidos para el examen son del muerto objeto de disputa científica, o fueron comprados la víspera en la carnicería del barrio. Esta vez con una autopsia fue suficiente el lunes entre 8 y 10 de la mañana; por esa premura marcharon por el resumidero las reputaciones de Tommy Tildes, Donald Mallard, Lorette Wade, Kay Scarpetta, Megan Hunt, Albert Robins y Daniel Harrow.
o) Desaparición de actas secretas: para el lunes próximo, dentro de unas pocas horas de hace veinte años, Nisman previó una denuncia pública que podría conmover el Cosmos y dio un adelanto televisivo; ocurrió el 15 de enero del 2015 en “A dos voces” y la entrevista la hizo Edgardo Alfano. Sacudir desde lo ocurrido en Puerto Madero a bombardeos preventivos de Israel en Irán y el suicidio de varios científicos. Es sabido que el contacto con la física cuántica atómica puede llevar a problemas de identidad, crisis espiritual e impulso de tomar decisiones irreversibles; fue el caso de Masud Ali Mohamodi, Mayid Shahriari, Dariush Rezaineyard, Mostafa Ahmadi Roshan, Mohsen Fakhizadeh. Del potencial atómico capaz de dinamitar posibles narrativos no quedan hasta donde sabemos manuscritos, restos en máquinas de picar documentos, nada en fotocopias, ninguna llave usv, nada lacrado en el despacho del notario; desaparecieron como tantas cosas en las aguas del Río de la Plata. Se detectaron trazas espectrales del uso del ordenador del Fiscal y entendemos por maniobra espectrales los movimientos sobre el teclado, borrados, copiados, apertura de documentos, traslados, revisión de correo mail y supresión de huellas dactilares operados sobre el aparato -se dice que había cinco- durante el tiempo que de acuerdo a una de las múltiples cronologías forenses, el usuario nominado de esa tecnología estaba muerto. Parece parodia de delirio de Lovecraft sin la sospecha de Cthulhu despierto; el fiscal se mata en calzoncillos y en el camino espiritual luego del suicidio y/o asesinato recuerda que tenía trámites pendientes. A la manera de “El milagro secreto” de Borges suspende el tiempo de la muerte, algo o alguien de él regresa al lugar de trabajo, procede a ingresos borrando años de trabajo y luego regresa al baño a esperar a la madre. Ella será quien verá por segunda vez (la primera fue el testigo Cero) el cuerpo sin vida del Fiscal, luego del vistazo del custodio; le seguirán el médico ecuatoriano José Raúl Carrera Mendoza y la médica forense Gabriela Ester Piroso, incluso en una postura gimnástica que es tranca en la puerta de entrada, antes del malón de la manada de búfalos. Como los metafísicos de Tlön y teóricos del Círculo de Viena podemos inferir que el caso Nisman es una rama de la literatura fantástica, los papeles pudieron nunca haber existido y como nadie puede asegurar las cronologías de los suicidios se urde así otro misterio. Pudo haberse suicidado el lunes de noche y la cosa concretarse luego del bochorno; hacerlo la semana anterior y así le cerraba la boca a todo el mundo, incluso habiendo regresado de la entrevista en la tele porque ahí ya estaba condenado. Ese suicidio es el asesinato perfecto de la tesis del suicidio, suicidio a medio camino y mala obra en pésima representación de la cual la puesta en escena quedó a medio cocinar.
p) El silogismo de la entrega: si yo fuera escritor de novelas policiales de verdad tras fuentes de inspiración, si rescatara algo del espíritu juvenil de historietas fantásticas, esa sería la pista más segura y explotable para explicar desde afuera lo ocurrido. Quizá sin saberlo al día de hoy estamos de verdad ante un misterio insondable, en tanto que el rumor nauseabundo que lo rodea desprestigia dicha teoría y son visibles las salpicaduras de lo turbio: “cuando todo aquello que es imposible ha sido eliminado, lo que queda, por muy improbable que parezca, es la verdad.” Cuando digo entrega, quiero señalar ignorancia del muerto, insinuar plan ambicioso sobre su persona montado por un comando compacto y alguien decisivo del primer círculo; de alguno de los primeros círculos que pasó planos, instaló micrófonos, cambió el código de ascensor principal, copió la agenda, facilitó el espionaje informático, dejó puertas accesibles en el tramo preciso para que la tragedia tuviera lugar y planeó la fuga calculada que fue quizá perturbada por el tuit Patcher. Al respecto habría que considerar la lista cierta de muertos accidentales de interrogados en las primeras horas, para acceder apenas a informaciones básicas y que se dejaron de lado exprofeso. Ante la alternancia suicidio asesinato, asoma la tentación de aplicar el criterio navaja de Guillermo de Ockham a esos modelos teóricos; cuando la verdad es huidiza la anunciación será milagrosa. Las razones de la entrega pueden ser explotación de vicios públicos, amenaza partiendo de imágenes comprometidas, dinero groso en paraísos fiscales para por fin pasar un semestre en playas privadas de Brasil, bebiendo Macallan 18 o intimidaciones explícitas a la familia: berretines que tengo con las gatas, metejones de sushi los domingos, ilusiones del viejo y de la vieja…
q) Boceto del transportador a lo Jason Statham de la Bersa disparada: cuando murió Gardel comienza la polémica sobre el lugar de nacimiento, hasta ese accidente en la pista de Medellín era de fluida transparencia. Lo mismo ocurre en cada relato que necesita su Efialtes, Yago, Fergus Kilpatrick, John Vincent Moon o el nombre de Judas providencial que alteran los relatos. Muere Gardel, asoma la versión Delfino y por intereses espurios uno se recuesta en la verosimilitud o decide creer la versión Delfino; con ese pavor ingenuo de quienes piensan reordenar el Cosmos, cuando en verdad agregan dos iniciales a la historia universal de la infamia. Aquí tenemos la versión del corazón del reactor que es la del Licenciado; de firmarla en un acto de Fe el Cosmos se reordena, las explicaciones encajan en cierta convicción y asoma un duelo compungido que calma la historia. Sin ningún testimonio, por inercia de invención, en algunos libros hay el diálogo de esas dos escenas sin público que delatan a sus autores. Si se sospecha que circula otra versión velada ingresamos en la incertidumbre del relato, con preparación de café en la cocina, la copita de anís y la conducta en los velorios, abriendo las puertas de servicio a dominios en llamas de la tragedia. La certeza está aguardando a buen recaudo en el mundo de los muertos y habrá que ir hasta allá para buscarla.
r) Matadero clandestino en el aura del crimen: hay varias maneras de nombrar la escena inicial filmada por las cámaras formando parte del malón, desde el clásico tirar margaritas a los chanchos hasta el pedagógico “la manada de búfalos” que significa revertir una Ley consustancial a la imaginación del crimen, desde la mitología universal de las civilizaciones incluyendo las desaparecidas. Toda escena de crimen debe ser preservada tal cual se la descubre, para que a la llegada de la pericia técnica se puedan levantar trazas significativas, evitando que haya interferencia entre situación del delito y primo contacto de la autoridad. Si había al margen una situación delictiva, sospechosa, intrigante o curiosa, otra circunstancia rara requiriendo que esa consigna fuera respetada a rajatabla en lo estricto de sus protocolos, era esa escena parlante del bulín Nisman. Nunca estuve ahí pero vi la filmación de los primeros pasos, indescriptible aquello… era una peli de los hermanos Marx titulada una noche en Puerto Madero. La escena tal cual se montaba era cierre de comedia musical en Broadway mientras saluda toda la compañía y eso es lo que vi… a medida que las cámaras avanzaban en el piso desvelaban la intimidad, anunciaban la extensión de la tragedia y más allá de cierto murmullo de fondo dadas las circunstancias, quedé asombrado por la falta de expresiones indignadas. Nadie entre los presentes gritó, puteó o inició un gesto de fibra pasional ante lo ocurrido; ningún ¡yo sabía que iba a terminar así! o ¡hijos de puta lo mataron! ¡No hay derecho Alberto! Las personas que ingresaron al cabaret yiddish desde que fueron informadas olieron lo ocurrido y que iban a simular descubrir, lo que se esperaba de ellas: nada de hacer olas muchachos, las olas y el viento sucundum sucundum… Después se dice de pisadas con barro, comerse algo fuera de fecha de perención guardado en la heladera, limpiar la Bersa todavía caliente para ver el número y jugarle las tres cifras a la quiniela de Montevideo, mear en la cocina y limpiarse el culo con alguna servilleta, entrar pidiendo perdón moviendo el cuerpo, robar un calzoncillo, abrir cajones, revolver y evaluar si había algo que pudiera negociarse, recordar las noches de allanamientos en casas de zurdos boleta. Alguien de los presentes debió haberlo pensado: chapaleando en ese muladar van a encontrar una pista si son brujos… manga de hijos de puta… ahora a poner la cara por unos días… es lo menos que podemos hacer. Poner la cara y hacerse los boludos con vista al mar acusados de ineptos, incapaces, incompetentes, nulos, negados delante del mundo entero pero poniendo la cara. Tranquilo el perro… bajar la testa sin protestar y asunto liquidado: “claro que esto está pringado a más no poder ¿ché boludo, cenamos el martes donde siempre? tengo ganas de comer achuras con fariña.”
s) Discrepancias en la reconstrucción: vendría a ser la repetición general de una obra teatral al otro día del estreno, en principio tiene el noble objetivo de imaginar siguiendo tiempos, espacios y desplazamientos la manera cómo ocurrieron -o debieron ocurrir- los hechos indagados, siempre y cuanto el conjunto de las partes busque los mismos objetivos. Buenos intenciones postergadas al infinito porque no hubo reconstrucción en el piso trece de Puerto Madero; si en cambio hay gato encerrado, la traza de certeza deformada provocando lecturas arbitrarias. La reconstrucción será rompecabezas bumerang, camino empedrado de impedimentos, obstáculos, recriminaciones, protestas, rastreo de fallas procedurales, recusación de intervinientes, alteración, robo, manipulación o mosqueta callejera de pruebas materiales, distorsión sobre la marcha, negación de repeticiones, deducciones groseras ante lo evidente, falseamiento de desenlaces, acusaciones de implicancia, distribución de versiones contradictorias a la prensa. Pasaje de duda binaria al caos de hipótesis infinitas, al punto de alterar puntos de partida comunes y juntados al comienzo de la pretendida reconstrucción.
t) Culpables designados: lo sucedido en Puerto Madero durante el fin de semana, además del hecho -asesinato o suicido voluntario o inducido que viene a ser asesinato- permite añadir la tesis del tercero excluido, reduce los implicados. El único con nombre es Nisman y de aceptar la conjetura suicidio el caso se cierra, aunque circula algo en el relato de esa tesis que obstruye: “Hume notó para siempre que los argumentos de Berkeley no admitían la menor réplica y no causaban la menos convicción.” Se la puede admitir en militante y jamás en caso de ser lector de novelas policiales o abonado a Netflix, que es mi caso. El relato se distorsiona con los hechos, persisten abundantes huecos argumentales en la trama; si se reconoce la ejecución extranjera -además del plan, los mecenas, la diversa intendencia comando de plantar el falso escenario- falta algo que sería escándalo lógico y es la omisión de los asesinos. Ah… si se pudiera haber conservado la tesis del asalto que terminó mal con un par de malandros a quienes endosarle el asunto, sería más sencillo… como los obreros albañiles en “El secreto de tus ojos”. Una mina degollada esposada a la cama, con moretones en los brazos, restos de coca en las fosas nasales y un repertorio de sex toys con arneses… como en “L.A. Confidential”. Los directores de escena del plan se decidieron por el suicidio y con ello cerraron sus posibilidades de dar indicios alternativos, las pistas con libreto comienzan a hacer agua por los cuatro costados; si se descree el suicidio se cae en el asesinato queriendo engañar y la exigencia de nominar los culpables. Tal como aparece el programa al día de hoy ello es insostenible, la sociedad está tan sensible que a la menor traza de inmediato se tejería la trama completa que “hasta puede llegar a armar la verdad escamoteada”. ¿Cómo se coordinó el asunto? Con el efecto dominó de los incapaces; para que ello lo que sea ocurriera tal cual debió fallar una red de responsables técnicos, encargados de seguridad, vigilancia cuerpo a cuerpo, técnicos con fallas técnicas, la majuga lumpen provincial que debería tranquilizar la catarsis colectiva. La cosa es tan enorme que parece imposible; genera entornos de traiciones, merodea un temor subterráneo que por una parte fallada en la trama la red romperá: arrepentimiento espiritual, afán de publicar un libro testimonio, cáncer terminal con miedo de perder el Paraíso y anhelos de sacarse la culpa de encima, por si existe el Dios de la primera comunión tomada en una de las parroquias de San Justo.
u) Incompatibilidad horaria del operativo: cuando se trata de la hipótesis suicida la duración de hechos es simple de medir. Tenemos una última comunicación registrada y la hora en la que la madre vio el cuerpo sin vida de Alberto, a ese segmento minutado le llamo la hora del operativo. Para la hipótesis del suicidio puede afirmarse que duró lo que el estampido del arma de fuego y la vida toda del hombre hacia atrás. Relativo al operativo figurado, es imposible calcular horas laborales pagas desde que a alguien se le ocurrió la idea, tardes de trabajo compartido en oficinas, boliches y enterraderos, relojes de todos los modelos que se detuvieron cuando la madre tocó la puerta del baño. Como uno carece de habilidad en este tipo de asunto, llamo Tiempo del Operativo al guion de la película si hubiera sido un episodio filmado de Misión / Imposible: Nisman. Sería como si se marcara tarjeta en el Ministerio del Interior, lo mismo que a falta de solución se decidió por el principio de incertidumbre. ¿Quién podría calcular el tiempo entre que los sicarios ingresaron a la Torre (aunque hubiera sido tres días antes) hasta que abandonaron la Torre aunque salieran del perímetro tres días más tarde? Es posible que con tanto entrevero hubieran estado presentes la primera noche entre los búfanos, salido del ascensor con uniforme de Expertos; es lo que habría sugerido si hubieran pedido mi visión narrativa, tomando como modelos a Jean Reno en “Leon”, Kevin Spacy en “Usual suspects” y “El negociador” bajo el nombre de Chris Sabian y uno de los casos del comisario Abel Romero en “Estrella distante”.
v) Invención, refutación, denigración de testigos casuales: del hecho central existen dos categorías privilegiadas de testigos. Uno fantástico es la imagen final del Fiscal en el espejo del baño si concordamos en la tesis suicida y Nisman más los integrantes del comando en caso de suscribir la tesis asesinato. De ser los matadores tipos profesionales venidos del extranjero -motivados por razones de interés ideológico patriótico u honorando un contrato- hay posibilidades de que sigan con vida, extraviados en el negocio de la muerte contratada que vimos en tantas películas. Si los asesinos son de industria nacional, lo probable es que estén muertos desde hace tiempo, arrastrados a la fosa común de accidentes en la General Paz o ajustes de cuentas entre bandas rivales por el control del mercado del paco en Provincia Federal. Lo que hacía falta para la puesta en escena jurídica eran testigos de otra naturaleza; los cinco sentidos que estuvieran presentes certificando lo ocurrido en el departamento en esas horas y otras presencias con DNI otro de la manada. Nunca quedó claro si primero los buscaron entre vecinos del muerto o personal de mantenimiento de la Torre, los mismos que no sabían del cambio del código del ascensor y prefirieron esperar al cerrajero antes que tirar la puerta abajo de dos patadas… al parecer fueron a la calle, reclutaron al azar según la cara del cliente y no tanto. El criterio era traer al ojo del huracán personas con perfiles ambiguos, seguro que para manipular su testimonio antes de ingresar al departamento y vieran así lo que tenía que verse apoyando la versión oficial; así lo hubiera sugerido yo si me hubiera pedido escribir el guion de una serie. En caso que asumieran cierto apostolado de la verdad, tuvieran la tentación inducida de responder a sondeos periodísticos tras detalles, presentaran fallas de conducta, antecedentes explotables preparando el destrozo. Levar desamparados de la noche -es medianoche el cabaret despierta…- quienes en menos de una hora, imaginando participar en la aventura de toda una vida, fueran incapaces de ver tijeras cortando hilos de los marionetistas; el podio lo integran la testigo Natalia, el testigo C y Hébert B. Es otro folletín, hay testigos que son de poco fiar, los asedian y se inocula la duda sobre la veracidad final del testimonio: jura decir la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad? Lo juro. Entonces sos boleta.
w) Casting de Bollywood: espías, jueces, informáticos, fiscales, ministros, periodistas, terroristas, animadores, amigos, piqueteros, putillas, servicios… contrariando la pesquisa tradicional, la mejor estrategia fue escribir la novela en varios volúmenes y que sigue sumando episodios. En toda investigación libresca o fílmica (son las únicas que conozco) se impone el procedimiento de círculos concéntricos. Primero establecer la lista directa o colindante de nombres metidos en el asunto por intereses, cercanía, testimonio, otros motivos sin descartar a priori ninguna pista disponible; luego obrar por eliminación, eximiendo el tiempo procedural reducir el catálogo y en cada caso agotar los argumentos evitando volver atrás en las consideraciones. Sin asegurar un procedimiento infalible permite -como en los grandes sumarios desde el topo de Le Carré hasta John el Rojo- reducir el elenco a media docena de nombres. Una vez alcanzado tal objetivo, puede decirse que la investigación cambia de naturaleza, emulsiona una suerte de catarsis y cuando las hipótesis son afinadas se acelera el juego de contradicciones. Los pesquisa pueden montar celadas y una vez los fichados que saben pueden activarse en depuración probando su inocencia; es probable que cada uno de los huéspedes de las Torres -clonando “La muerte camina en la lluvia” con Olga Zubarry- tiene sus ideas y había sólo que aguardar el funcionamiento de la máquina. Eso en un mundo ideal… pero siempre hay un cerebro -aquí hay varios- que tiene la réplica pensada para alterar protocolos de pesquisa. Embarrar la cancha en cuanto a pruebas materiales, rotar equipos encargados del aseo, permutar procedimientos de sondeo por una novela folletín con más episodios que “El amor tiene cara de mujer” intercalando géneros sabidos: espías, abogados, prostitución, periodismo, piqueteros… todo subsumido en un Frankenstein monstruoso de relatos, como en la vidriera irrespetuosa de los cambalaches se mezcló la vida. Cada temporada cambiar protagonistas, galanes, putas, hombres justos, entregados y corruptos; cuando pobre de mí quise seguir la pista de sangre salpicada en el baño (creo haber llegado en el fin de semana a cuatro expertos prontos a timbear su reputación ante cámara) y yo desamparado, tolerando ese sunami devastador rojo desde varios frentes, ante tanto nombre entreverado epilogo la inmersión como en Expedientes X: “no confíes en nadie que la verdad está ahí fuera.”
x) Invalidez de maqueta fiable: lo obsesivo para las partes, era destacar un recurso en cada uno de los pasos rigiendo el dispositivo de modelización de la muerte. Si las estimaciones cronológicas, el arma, los orificios de entrada al cráneo y el entorno político psicológico son partes de una enorme discusión, era impensable ordenar una restauración clásica. Los que hablan del suicidio tendrían que narrar lo ocurrido en los segundos / minutos / horas deslizadas entre la decisión, el gesto con el arma de fuego, el segundo del disparo, la agonía probada, la muerte corporal de acuerdo a criterios clínicos y el primer acceso al baño amarillo, cuando Nisman dejó de ser fiscal y se volvió anatomía con rigidez cadavérica. Aun aceptando la tesis del suicidio la estimación de tal cronología es un misterio; sólo podría situarse con una filmación captada desde el otro lado del espejo. Ese vacío secuencial deja el campo orégano a la espiral logarítmica de las hipótesis posibles; en algunos tramos de la meditación dan ganas de aceptar que lo allí ocurrido es disparatada ficción y dispensarnos así de tomar partido. La reconstrucción se frustró en la segunda versión por la falta del asesino; en esos casos lo sabemos: al hombre lo traen golpeado y libreto pronto. Se sucede una escena de pocos minutos, que nunca sabremos si es dogma amañado e incorpora al misterio una dramaturgia con efecto catártico, paráfrasis de verosimilitud, consuelo de explicación para los implicados; también para familiares cercanos. A falta del asesino orquestando los pasos la farsa se convierte en suposición, habilitando tantas puestas en escena del crimen como responsables de llevarla adelante; tampoco es a excluir la búsqueda de una puesta en escena de la versión interesada, el miedo a una represalia familiar y la ineptitud actuando en sinergia. Revisando materiales accedí a cuatro alternativas con sus teorías, defensores, pruebas, alegatos y convicciones. Deberíamos regresar a los Evangelios, póker de reinas ganadoras y Rashomon de Akutawara Ryũnosuko para discernir lo ocurrido. Las versiones retenidas movilizaron energía para dominar el combate del relato y son: a) amigos o bando Nisman con apoyos de difusión y libros. b) versión de reconstrucción 3D con ambas variantes siguiendo el principio de indeterminación. c) fue ostensible la movilidad de la tesis suicida con relatores, políticos y libros indagando el expediente; pruebas centradas en el estado psicológico y disco duro del muerto, lo infundado de las acusaciones reservadas al Congreso. Estas tres opciones estuvieron en la prensa audiovisual -hasta donde pude informarme- que fue la nueva estancia de la familia Caceros de 1852. Era cuestión de fuerza de artillería, reclutas en infantería, traiciones dolorosas, cambios de bando, convicción militante en argumentos, evidencia de que unos como otros tenían doble agenda, la teoría de los dos cuerpos del Rey: Nisman el padre de las hijas y Nisman la metáfora de lo que significaba. El suyo fue un combate celestial; de haberse limitado a lo que Martínez Estrada llamó asuntos municipales, acaso otra pudo haber sido la historia. Había algo en Nisman de Ícaro, se acercó demasiado a la energía atómica solar y se fundió el motor: ¿por qué tus alas, tan cruel, quemó la vida? ¿por qué esta mueca siniestra de la suerte? d) faltó la lectura de Gendarmería, la reproducción Argentina Sono Film del departamento o al menos del baño. La historia se inscribía en su maqueta, el baño se volvía estudio con efecto especiales -estética Harry Lange en 2001 Una Odisea del espacio- donde reproducir lo que sería leyenda urbana, lo que trato de hacer durante estas horas suspendidas circulando en mi Palacio Espiral de la Mente Fractal y sin alcanzar la ecuación satisfactoria.
y) Enchastre de la víctima, acecho de la falla humana:alguien en estos años salió victorioso de la gran batalla que es la extensión del principio de incertidumbre en el tiempo. Más allá de las convicciones personales, la hipótesis del asesinato tiene la forma piel de leopardo de los territorios palestinos sin llegar a configurar un estado. El sistema de información puede mantener la presión hasta cierto punto, después se retroalimenta con otros episodios del deporte, la delincuencia común y su cortejo de horrores, la batalla política cotidiana, antídotos del entretenimiento, círculo que se retrae de exploradores y contraofensiva de las tesis confrontadas. Funciona en anexo el sistema de cajas chinas, muñecas rusas, heráldica semiótica o teoría de conjuntos: los conjuntos son colecciones abstractas de objetos los cuales comparten una característica en común, son misterios imbricados. La bala Nisman penetra en la novela Fiscal que hipnotiza y se empotra en el atentado Amia, que se injerta en la política internacional Argentina, acoplada a la guerra Irán Israel y anexada a la historia contemporánea. Efecto dominó entre enigmas conexos; y eso que fui el último hasta ahora en llegar al Mercado de Abasto a llevarme las sobras… recibo la luz agonizante de estrellas Novas que murieron hace millones de años. Tengo el delirio de informaciones conocidas, opero como si pudiera intuir una salida lógica allí donde se instala el fracaso. Aunque alguien piadoso viendo mis agitaciones inoperantes me enviara un sobre lacrado con la verdad escrita, no sabría qué hacer con eso: a esa estrategia del misterio dentro del misterio se suma la menos noble de embarrar escupiendo al muerto. Advierto en el armado del artefacto una división del trabajo con tres líneas maestras en la ofensiva.a) deconstrucción teórico político, la toma de conciencia de ser agente al servicio de Israel, alguien manipulado por varios titiriteros -el espectro oscila desde Stiuso a la CIA – y acaso el profesor James Moriarty. b) estrategia King of the night. Sexo, drogas y rock and roll; para lo cual el finado dejó una tranquera abierta, grande como el Rosebar y la agenda de Leandro Santos. En la cuarentena iba de boliche en boliche aceptando el ambiente pesado, lo perdía un día de paseo en Santa Fe de Industria Nacional y era sensible al charme tarifado de gatitas insomnes. Hallé fácil sin necesidad de abrir internet dark las fotos de Melisa y Florencia, las versiones insinuantes de judío puto, pichicatero y con cuentas en el extranjero, lo de vendepatria le agregaba un tono vintage pasado de moda.c) la tercera es la exégesis suicida; los torpedos teleguiados a la Santa Bárbara de motivaciones: encerrona mental por años de gestión de mierda, abuso de la tajada presupuestal, soledad desobedecida del Sabbat, pues jamás llegaron documentos prometidos, sin noticias de Stiuso, proyección maltrecha del ego luego de la crónica de masacre anunciada en comparecencia al Congreso, la ansiedad de tener un arma entre las manos y sentirse seguro. Insoportable proximidad del fracaso: estás desorientado y no sabes que trole hay que tomar… lo demás es la sucesión lógica de acontecimientos barranca abajo y para colmo se le había dado por atacar a la Diosa sin saber con quién se estaba metiendo, los héroes de la antigüedad nunca debían obseder sus límites de lo contrario… Estaba cantado, son dos sistemas solares que continuarán durante décadas su funcionamiento, emitiendo energía certificando la tesis de mundos paralelos en permanente expansión. Las estrategias cosmológicas de los sistemas hacen que estén destinados a colisionar, seguro que cuando suceda nosotros estaremos lejos y será fisura del factor humano. Hay un arrepentido latente en el once titular que conoce detalles de Puerto Madero a la espera del tiempo sin almanaque, otro con intención de enterrar el expediente en un silo abandonado hasta desintegrarlo en la amnesia programa del Cosmos y un tercer hombre a quien entre otras cosas le daba por cantar.
z) ¿Dónde está el periodista aquel?Se llama o se llamaba Damián Patcher, lo vi pasar como un dybbuk en el primer cotejo de información, era un personaje secundario de los inolvidable, al punto que anoté su nombre tres veces y lo encerré con grafo colorado. Me pareció el hombre clave en el asunto, luego hallé un tuit matador de Pablo Duggan del 17 de enero de 2018 a las 17. 46 que me desestabilizó: “Damián Patcher no sabe nada del caso y sólo contó lo que le dijo un enfermero de Swiss Medical. Después inventó que lo perseguían y varios papelones más. Un vivo.”Creí que se trataba de un ajuste de cuentas habitual entre periodistas y olvidé que Duggan escribió 568 páginas para responder por el suicidio a la pregunta que titula su libro de investigación: ¿Quién mató a Nisman? Puede que cuando presentó el libro en Santa Fe tenía razón, que asistimos al gran complot partiendo del suicidio y “todos fuimos engañados.” Quizá la banda audio del caso no sea “De boliche en boliche” de Los Náufragos sino Valeria Lynch cantado “tu vida siempre ha sido una mentira… una vulgar y estúpida mentira.” ¿Qué se puede esperar de un consumidor de prostitutas Vip? Basta con escuchar las grabaciones del acoso sexual perverso durante ocho años sobre una vieja conocida; la gran pifia del fiscal cuando armó su circo internacional “es que no la conocía a Cristina” que al parecer “lo consideraba un cuatro de copas.” Por ello esperé en vano durante toda la noche, hasta que aclaró pegando el sol sobre la terminal Buquebus siguiendo las horas del documental Netflix “El fiscal, la presidenta y el espía.” Gran decepción para mi ego intuitivo, Damián Patcher ni en foto. Quien robaba pantalla era Stiuso que debió negociar algo enorme para tamaña exposición, un tipo calmo hiper secreto colocado largos minutos en la mira telescópica de varios sniper, es fascinante; en mi película mental sólo Al Pacino estaría a la altura de esa prestación con aire de nominación Awards. Me sentí un pelotudo, había creído que DP era pieza clave y los genios de las series gringas ni lo llamaron por teléfono. La serie es adictiva pero esa ausencia de DP era el adoquín en el camino, lo mismo que la red de comunicaciones las horas previas sin visual nominativa el domingo del crimen. Estaba sin tiempo para continuar con mi tarea así que decidí que lo había soñado. Damián P. era un personaje de ficción que venía al dedillo para rellenar vacíos imposibles de llenar. Soñé que él era una mariposa china, tenía doble nacionalidad argentina israelí y sirvió en la armada de la estrella de David durante tres años en la frontera, soñé que aseguró que estando en Argentina ninguno de los servicios israelíes -inclusive valorando su fidelidad al ejército- lo conectó aunque más no fuera para tomar un café. Soñé que es el hombre esencial de las fuentes originales y envió su primer tuit que -a su entender- le cortó tiempo al comando en el manejo de la escena del crimen; de ahí la sensación de chapuza en calzoncillos que hallaron los primeros en entrar al piso. DP tenía confidencias de la esencial desde el corazón del reactor Puerto Madero y otra más arriba que la del enfermero ortiba que dice Duggan. El primer tuit del mensajero fue el domingo a las 23.30: “Me acaban de informar sobre un incidente en la casa del fiscal Nisman.” Media hora más tarde, a las 12.08 que ya era lunes saltó a la red el segundo tuit: “Encontraron al fiscal Alberto Nisman en el baño de su casa de Puerto Madero sobre un charco de sangre. No respiraba. Los médicos están ahí.” Soñé que en tres días DP sacó las conclusiones que se imponían del caso y mediante una red de amigos bien aceitada, el 18 de enero a las 6.50 salió de Aeroparque rumbo al aeropuerto de Carrasco de Montevideo, enlace Madrid y destinación final Israel para ir a Tel Aviv donde reside y trabaja ahora mismo, si no es que lo soñé. Soñé que en alguna entrevista Patcher afirmó que el Mossad sabe lo sucedido en Puerto Madero y tampoco puedo afirmarlo. Además, me tengo que tragar sin chistar que a Patcher según Duggan, lo puso al tanto uno de los tipos de la primera ambulancia Medical Swiss que llegó al piso trece de Puerto Madero. Después de esa inmersión entre realidad y fantasía de tanto empacho de noticias, creo que los aficionados a que todo se vuelve relato desestimamos la secta cerrada del Silencio. Al final del camino, si tuviera que poner una última ficha nácar sobre el paño. la jugaría al olfato novelista del turco Jorge Asis de hace unos años, a su certeza sublime en A fuego lento del 8 de marzo del 2015 y que vimos menos de 3300 personas.
Cada uno de los puntos del abecedario desmembrado cuando se echaron a rodar excitan la refutación, el misterio nunca termina de concentrarse, por el contrario se expande al infinito, la víctima cambia de estatura y la certeza es abolida. Debemos trasladarnos de una lógica del laboratorio al dogma del creyendo, el crimen es religión atea politeísta, Nisman deviene pasión inextinguible, hacen falta cuatro crónicas apócrifas narrando versiones contradictorias y del cotejo de las mismas si de algo podemos estar seguro, es que la luz la verdad está en viaje. En la secta predominante todos los evangelios son necesarios y adulterados, habrá profetas dedicados a la destrucción del ícono que se debe adorar: era el falso Mesías y qué menos se podía esperar de un idólatra.
Yo miraba en sesión continua programas de tele viejos con periodistas acusando, despotricando, suponiendo o defendiendo y más fascinante era el asunto, sería mejor decir aterrorizaba puesto que la obra se jugaba sin máscaras a cara descubierta. El periodismo trocaba de funciones, menos que de informar se trata de crear el relato dudoso y suspicaz, descartar el indagar la verdad consensual e influir en la opinión pública. Se dinamitó en una noche el círculo virtuoso entre hechos, noticias, autoridades y justicia, todo por el poder: game of trones de 23 provincias y 48 barrios capitalinos que se decide entre las cabezas coronadas de los siete locos. Temí que mirando tantos videos de pronto intervinieran la trasmisión y apareciera Allan Bogado, aconsejando que hay asuntos que es preferible dejarlos al show business de la prensa, que Stiusso enviara fax desde Miami diciendo que aguardara al lunes antes de sacar conclusiones apresuradas pues el fin de semana habría sorpresas. Recibir una llamada desde Tel Avid para decirme que los servicios enviaron un video de la parte de Damián para sacarme del problema y cuando preguntara de qué se tratara dijeran: “Pablo querido… ¿alguna vez viste La vida de David Gale con Kevin Spacey? Temí que Nisman interpelándome saliera de la pantalla y viniera hacia mí como ocurre en “The ring” o “La rosa púrpura del Cairo”; todo ello era posible menos lo ocurrido cuando fui a concretar la compra de la Olympus.
-Soy yo, perdona si te incomodo tan tarde…- le dije al Inquisidor Ateo. Es solo para preguntarte si tienes algún conocido en el Mossad.