Palabras liminares

Realizada una investigación, escrita una tesis, evaluada, reescrita para transformarla en libro, y lista para poner en estampa, corresponden unas palabras para presentar un trabajo de casi una década y reconocer el largo intercambio con personas e instituciones que hicieron posible que llegara a concretarse.

Este libro es, con algunas modificaciones de forma, no de fondo, una adaptación de mi tesis de doctorado presentada en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires y defendida el 23 de julio de 2021. El punto de partida de la investigación fueron los materiales que componen la Miscelánea Felisberto Hernández, radicados en la Sección de Archivo y documentación del Instituto de Letras (SADIL, FHCE, Udelar). Una sugerencia del profesor Pablo Rocca, a quien agradezco esa orientación, me llevó a estudiar la génesis, el proceso de escritura y la concepción estética del escritor. Agradezco a mi directora, Celina Manzoni, por guiarme en la escritura de la tesis, con rigurosa convicción, y a Gustavo Lespada, co-director, por sus consejos y valiosos aportes.

Confío en que los resultados de esta investigación, que involucró el estudio, por primera vez, de escritura desconocida durante más de medio siglo, constituya un aporte para reconfigurar el estado de la obra, y de la cuestión sobre el modo de lectura de un autor considerado uno de los más originales de la narrativa latinoamericana.

Una investigación de tantos años necesariamente deja deudas con muchas personas que de una u otra manera aportaron en el proceso. Agradezco haber intercambiado con Norah Giraldi de Deicas, quien organizó un encuentro en la Universidad de París III sobre crítica genética, donde conocí e intercambié con la profesora Laura Corona Martínez, ambas especialistas en el autor. De los profesores que actuaron como jurado de la tesis, la profesora Carolina Sancholuz y los profesores Jorge Monteleone y Óscar Brando, recibí excelentes devoluciones y estímulos para emprender la tarea de la publicación. A Óscar Brando, en especial, debo la lectura atenta, la corrección y las palabras finales de este libro. De él fue la idea de que me pusiera en comunicación con el investigador Ignacio Bajter, a quien agradezco el interesante relato, producto de su investigación, sobre el itinerario viajero de los papeles de Felisberto.

En la SADIL, tanto con la dirección de Pablo Rocca como con la actual de Aldo Mazzuchelli, tuve acceso a los materiales que necesité, para hacer las transcripciones de los textos. Agradezco a estos directores y en especial a todos los colaboradores del archivo por su amabilidad y colaboración. Mi especial agradecimiento a María José Bon, Valentina Lorenzelli, Daniel Vidal y, en la última etapa, a Ana Inés Rodríguez.

Mi agradecimiento a la Fundación Felisberto Hernández, en la persona de Walter Diconca, por su apoyo, su colaboración y el aval para presentar, en este libro, el conjunto de materiales autógrafos, organizados, con criterio de edición y notas, para una mejor lectura.

Mi dedicación a la enseñanza de la literatura en Secundaria y en el IPA fue parte esencial en la búsqueda del conocimiento. El ejercicio de la docencia acompañó casi todos los años de este trabajo, mis alumnos del IPA lo supieron, y padecieron a Felisberto Hernández, tal vez más de la cuenta, pero me ayudaron a procesar muchos aspectos de los resultados parciales de mi investigación. A ellas y ellos debo casi todo lo que sé. Exalumnos/as, hoy colegas, con quienes tuve el placer de compartir conocimiento e interrogantes, como con las jóvenes profesoras Beatriz Rodríguez Posadas, acerca de la original sintaxis de nuestro autor, y Paula Cameto, con quien compartimos y subsanamos dudas de último momento respecto de la grafía de Felisberto. Con otros/as, con todas y todos, la alegría de compartir los procesos de aprendizaje, mutuos y de nuestros alumnas y alumnos.

Recuerdo y agradezco los intercambios con las colegas y amigas Graciela Franco, a quien debo lectura y finos comentarios, a Sonia D’Alessandro por su optimismo radical, a Patricia Núñez por nuestras conversaciones sobre Felisberto Hernández y José Pedro Bellan, a Clara Paladino, por contarme de su padre y la amistad con Felisberto, a Anna Pesce por su lectura y centradas razones, a Silvia San Martín, quien además de confiar en mí, me confiara valiosos materiales pertenecientes a su familia.

En el último tiempo, ya en proceso de transformación de la tesis en libro, la tarea compartida en el equipo Proyecto digital Archivo Felisberto Hernández de la Biblioteca Nacional del Uruguay, hizo que la llama de la investigación sobre este autor siguiera viva. Gracias, en especial, a Carina Blixen, Paula Cameto, Pablo Estévez y Néstor Sanguinetti.

Para terminar, mi agradecimiento a los afectos: a las amigas, a mi familia, a los y las presentes o ausentes físicamente, que de alguna manera se ingeniaron para estar en los momentos que fueron necesarios. A mis hijos, Pablo y Tatiana, porque escucharon y sostuvieron.

Montevideo, mayo de 2022.